Para reflexionar sobre nuestras vidas y lo que ofrecemos a nuestros niños. Ya sabéis que desde este blog defendemos una educación basada en la individualidad, el espíritu crítico y la creatividad como cimientos para el desarrollo de los niños. Educar personas capaces de pensar por sí mismas y de crear.
Mi sol, mi Lorenzo, el que ilumina mis días. Sus girasoles miran hacia otro lado, perfecto ¿no somos todos distintos? Abogo por un sistema educativo que fomente la individualidad, la creatividad, la capacidad crítica y el autocrecimiento. Enseñar a aprender.
Abres el boletín, fantásticas notas, objetivos ACIs superados. Estamos felices por el niño, se ha esforzado mucho, estamos orgullosos de él, ha hecho todo lo que ha podido y más. Y nosotros como padres le hemos apoyado, y hemos trabajado con él, al pie del cañón, como siempre. ¿Debemos alegrarnos? sin duda es un orgullo pero ¿tendrá recompensa, como los demás alumnos? La realidad es cruel. ¿Qué hay detrás de ésto? Niños que se esfuerzan al límite todo el curso, maestros que se implican en lograr unos objetivos que en apariencia son legalmente aceptados, ilusiones, tutorías, tareas diarias, controles, pruebas constantes, evaluaciones psicoeducativas, avances, avances, avances... lucha Pero NO. Los objetivos superados no son suficientes. Me remito al magnífico blog de Ignacio Calderón Almendros, profesor de Teoría de la Educación en la UMA, y profesional absolutamente implicado en conseguir una plena inclusión de alumnos con NEE: http://www.ignaciocalderon.uma.es/index.php
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